Educación – Hijos

Disfrute de este profundo mensaje:

Para madres y padres interesados en niños pequeños pueden leer y ver videos muy interesantes en: www.lauragutman.com.ar

La Libreta de Calificaciones

(Agradecemos a una mamá del Colegio San Gabriel por el envío de un email con este mensaje)

Era miércoles, 8:00 a.m., llegué puntual a la escuela de mi hijo.
-No olviden venir a la reunión, es obligatoria- fue lo que la maestra escribió en el cuaderno del niño.
¡Pues qué cree la maestra! ¿Cree que podemos disponer del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 a.m., de aquí dependía un buen negocio y… ¡tuve que cancelarla!…

Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar.
No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ése negocio, probablemente podríamos comprar una nueva televisión con el dinero que recibiría.

Juan Rodríguez!… escuché a lo lejos. ¿No está el papá de Juan Rodríguez? -dijo la maestra-.
Sí, sí, ¡aquí estoy!, contesté pasando a recibir la libreta de mi hijo. Regresé a mi silla y me dispuse a verla.
¿Para esto vine? ¿Qué es esto?…
La libreta estaba llena de seis y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones de mi hijo.

De regreso a la casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba…., ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!… Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, tiré la puerta y grité: Ven acá Juan!!!
Juan estaba en su recámara y corrió a abrazarme. – ¡Papi!…
– ¡Qué papi, ni que nada!- Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no sé cuantos latigazos le di, al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él.
¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!! – terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba.
Mi esposa no dijo nada, solo movió la cabeza negativamente y se fue…
Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó otra vez la libreta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo: Léela despacio y después toma tu decisión…

Esta decía así:

LIBRETA DE CALIFICACIONES PARA EL PAPÁ

TIEMPO QUE LE DEDICA A SU HIJO CALIFICACIÓN
  1. En conversar con él a la hora de dormir
6
  1. En jugar con él
6
  1. En ayudarlo a hacer la tarea
7
  1. En salir de paseo en Familia
6
  1. En contarle un cuento antes de dormir
6
  1. En abrazarlo y besarlo
6
  1. En ver la televisión con él
7

Él me había puesto seis y sietes, a mí! Yo me hubiese calificado con menos de cinco…
Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, lo abracé y lloré…Quería regresar el tiempo, pero era imposible…
Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papi! Cerró sus ojos y se durmió.

Que duro es ver nuestros errores como padres desde esta perspectiva!….

Démosle el VALOR a lo que realmente es de valor para nosotros: Nuestra familia!!!
HAY MUCHAS PERSONAS QUE DESEAN UN HIJO Y NO LO TIENEN, DIOS TE DIO UNA FAMILIA APRÉCIALA, ÁMALA, COMPRÉNDELA.
Realizado por Gerard

EL EJEMPLO ¿acaso hay algo más?

ejemplo

“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás; es la única manera” Albert Einsten

Ni largos discursos, ni demostraciones empíricas, ni textos sagrados ni mucho menos castigos o autoritarismo. En la vida, la única forma de “convencer” a los demás de algo o enseñar a nuestros hijos es con el ejemplo, un espejo de nuestros valores.

Este breve relato titulado “Saber enseñar” lo expresa muy bien y se puede aplicar tanto a adultos como a niños:

Una madre llevó a su hijo ante Mahatma Gandhi e imploró:

“Por favor Mahatma, inste a mi hijo a no comer azúcar”.

Gandhi, después de una pausa contestó:

“Tráigame a su hijo de aquí a dos semanas”.

Dos semanas después, ella volvió con el hijo. Gandhi miró bien profundo en los ojos del muchacho y le dijo:

“No comas azúcar”

Agradecida pero perpleja, la mujer preguntó:

“¿Por qué me pidió dos semanas? ¡podría haber dicho lo mismo antes!”

Y Gandhi le contestó:

“Hace dos semanas, yo también estaba comiendo azúcar“

Muchas veces hacemos un curso de cualquier tema que nos entusiasma, queremos que todo nuestro entorno siga nuestros hábitos y nos dedicamos a hacer proselitismo de lo aprendido.

No sólo no suele funcionar, sino que les aleja más del “raro” de la familia. Pero si nosotros sí practicamos lo que defendemos y los demás ven efectos positivos en ello, poco a poco se irán interesando.

Con los niños pequeños es aun más evidente. ¿Pretendemos que ellos hagan cosas que nosotros no hacemos aunque la teoría sea muy buena?

Ejemplos de disonancia entre nuestras expectativas para con los demás y nuestro comportamiento hay miles:

¿Disfrutamos de la lectura en casa? ¿Hay suficientes libros para peques o pretendemos como en el chiste de El Roto un salto evolutivo de la prensa deportiva a la filosofía pura?

¿Fumamos delante de bebés y niños aunque torzamos el brazo para desafiar la dirección del viento?

¿Respetamos los padres a los profesores/educadores de nuestros hijos o les desautorizamos como ocurre en la actualidad?

¿Consolamos a nuestros bebes cuando lloran o les dejamos llorar para que no se malcríen y aprendan a “sobrevivir” solos? ¿Aprenderán con dolor el significado de empatía y comprensión? ¿Se puede enseñar lo correcto por medios incorrectos?

¿Cómo reaccionamos ante los fracasos y los contratiempos? ¿Con templanza o con ira?

¿Cómo tratamos a nuestros ancianos?

¿Hay amor, comprensión y paz en todos nuestros hogares?

¿Qué valores rigen nuestras vidas?

Cada uno podemos responder en silencio a estas preguntas y decidir si hay algo que mejorar, eliminar o añadir.

Y los que ya tenemos hijos podemos reflexionar doblemente y asumir que esta máxima es casi tan poderosa como la ley de la gravedad: Así quiero que mi hijo sea, así debo ser y actuar yo.

Algo muy importante a remarcar en esta época es que el ejemplo no funciona por control remoto ni ondas cuánticas. El ejemplo necesita también PRESENCIA FÍSICA y no siempre se obtienen resultados a corto plazo. Se necesita paciencia, perseverancia y tiempo.

No hay atajos, es laborioso, pero el ejemplo es una excelente semilla que bien regada por las circunstancias de la Vida puede dar grandes frutos.

Tomado de   http://presencia-absoluta.blogspot.com/ http://viviendo-conscientemente.blogspot.com/

Los límites ubican al individuo

Angela Marulanda

Somos la primera generación de padres decididos a no repetir con sus hijos los errores de nuestros progenitores.

En el esfuerzo de abolir los abusos del pasado, somos los padres más dedicados y comprensivos pero, a la vez, los más débiles e inseguros que ha dado la historia.

Y lo grave es que estamos lidiando con unos niños más «igualados», beligerantes y poderosos que nunca.

Parece que en nuestro intento por ser los padres que quisimos tener, pasamos de un extremo al otro.

Así, somos la última generación de hijos que obedecieron a sus padres y la primera generación de padres que obedecen a sus hijos.

Los últimos que le tuvimos miedo a los padres y los primeros que les tememos a los hijos.

Los últimos que crecimos bajo el mando de los padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de los hijos.

Lo que es peor, fuimos los últimos que respetamos a nuestros padres, y somos los primeros que aceptamos que nuestros hijos nos falten al respeto.

En la medida que el permisivismo reemplazó al autoritarismo, los términos de las relaciones familiares han cambiado en forma radical, para bien y para mal.

Antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, obedecían sus órdenes y los trataban con el debido respeto. Y eran buenos hijos los que eran formales y veneraban a sus padres.

Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros niños se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque poco los respeten.

Y son los hijos quienes ahora esperan respeto de sus padres, entendiendo por tal que les respeten sus ideas, sus gustos, sus apetencias y su forma de actuar y de vivir. Y que además les patrocinen lo que necesitan para tal fin.

Los roles se invirtieron, ahora son los papás quienes tienen que complacer a sus hijos para ganárselos y no a la inversa, como en el pasado. Esto explica el esfuerzo que hacen hoy tantos papás y mamás por ser los mejores amigos y parecerles «a todo dar» a sus hijos.

Se ha dicho que los extremos se tocan. Si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres; la debilidad del presente los llena de miedo y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos.

Los hijos necesitan percibir que durante la niñez estamos a la cabeza de sus vidas como líderes capaces de sujetarlos cuando no se pueden contener y de guiarlos mientras no saben para dónde van.

Si el autoritarismo aplasta, el permisivismo ahoga.

Sólo nuestra actitud firme y respetuosa les permitirá confiar en que somos capaces de gobernar sus vidas mientras son menores, porque vamos adelante liderándolos y no atrás, cargándolos y rendidos a su voluntad.

Así evitaremos que las nuevas generaciones se ahoguen en el mismo descontrol y hastío que se hunde una sociedad que parece ir a la deriva, sin parámetros ni destino.

Los límites ubican al individuo …..!!!

MADRE HAY UNA SOLA …
¡ FELIZMENTE !

Por culpa del azar
o de un desliz, cualquier mujer
puede convertirse
en Madre.madre

Dios la ha dotado a mansalva del «instinto maternal» con la finalidad de preservar la especie. Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura.
Pero gracias al «instinto maternal» la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.

Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales, que triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche…

Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada…

Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.

Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año : el Día de la Madre.

Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.

Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.

Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan.
Es decir que «son cosas de la edad» cuando la mandan por un tubo.

El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho. Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.

Por suerte hay una sola Madre. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.

Autora : Isabel Allende

A la espera del padre

21 de Junio de 2009

Leonardo Boff
2008-10-24

estacion-central

Fui a ver algunas veces la película Central do Brasil del cineasta brasilero Walter Salles. Trata de la conmovedora historia de un niño, huérfano de madre en Rio de Janeiro, cuyo padre vive en el nordeste, carpintero, pero se ha dado a la bebida. Una ex-profesora de primaria que escribe cartas a pedido de analfabetos le sirve de guía. El niño quiere a toda costa conocer al padre que está lejos. La profesora lo acompaña en un viaje lleno de dificultades hasta identificar la casa donde vivía el padre en el interior nordestino. Cuando llega, descubre que el padre ha ido a Rio a buscar a su hijo. Tremendo equívoco: el hijo sale de Rio y va en busca del padre al nordeste y el padre sale del nordeste y va en busca del hijo a Rio. La historia termina en un impase. Ninguno encuentra al otro, pero ambos se quedan esperando.
Esta película, premiada en el mundo entero, representa una brillante metáfora de la figura del padre ausente y del hijo abandonado. Todos dicen al niño que su padre no vale nada, pero no importa: él corre tras el arquetipo del padre. El arquetipo es una fuerza poderosa que mueve a las personas en busca del padre real. En él quiere encontrar al héroe, la referencia básica, el sentido de orientación, el respeto a los diferentes y el aprendizaje de límites necesarios para la convivencia.
Si el hijo necesita orientación, el padre siente el deber de ofrecerla. Sólo en esta conjunción entre la necesidad de uno y el deber del otro, se da y se crean las condiciones para una educación adecuada del hijo, hasta que llegue a ser padre de sí mismo.
Hoy día hay, un resignado eclipse de la figura del padre. A causa del trabajo y de las obligaciones sociales el padre está mucho tiempo ausente de casa. El hijo siente un vacío que nadie puede llenar. El conocido psiquiatra infantil Donald R. Winnicott nos mostró detalladamente cómo funciona la lógica psíquica en los dos a tres primeros años de vida. Primero aparece la influencia de la madre que le garantiza el sentimiento de acogida y de amor incondicional. De ahí resulta la autoestima y la seguridad. Después viene la figura del padre. Él es el puente entre el universo familiar y el mundo de los otros y de la sociedad en general. El niño entra en un proceso de estrés y de miedo. Deja el útero acogedor de la familia e ingresa en un mundo donde hay diferencias, normas y conflictos. Es función del padre ayudar al hijo a dar bien este paso en el que debe sentirse seguro, reconocer y respetar límites y acoger normas que le permiten convivir pacíficamente con los demás.
Hoy día, ambos, los padres y los hijos, se encuentran en crisis. El hijo espera al padre que no viene, o que salió de escena, o que fue sustituido por el héroe más próximo. Puede ser un profesor, un tío querido o hasta un jefe de la mafia local, portador de un arma pesada, capaz de enfrentarse a la policía y hasta de matar. El hijo sin la figura interior del padre-héroe tiende a imitar a éstos, o padece un vacío oceánico. Se siente perdido, sin rumbo en la vida, psíquicamente desestructurado.
El padre que siente en su interior su deber de padre, se siente desarmado, vencido por otros competidores, disminuido en su honor porque se encuentra desempleado y es considerado un perdedor. Es un antihéroe. ¿Cómo puede llenar la necesidad arquetípica del hijo que quiere ver en él al héroe valiente y vencedor?
Ambos están la espera uno del otro, sufriendo y con infinitas ganas de ver al otro. Ahora entendemos la verdad de Telémaco, hijo de Ulises, en la Odisea de Homero: «Si lo que los mortales más desean pudiese ser conseguido en un abrir y cerrar de ojos, la primera cosa que yo pediría a los dioses, sería el regreso de mi padre». Es el clamor por un rumbo en la vida.
Padre, vuelve deprisa. Como en la película, tu hijo te necesita y te espera con una mirada larga y nostálgica en la parada del autobús.

HABITOS MORTALES VS. HABITOS DE A M O R

  1. Muchas personas tenemos estos 7 hábitos mortales, sin darnos cuenta de ello:
  2. 1. Castigar 2. Quejarse 3. Culpar 4. Amenazar 5. Perseguir 6. Criticar 7. Sobornar
  3. Estos hábitos hacen que la mayor parte de sus problemas emocionales estén directamente vinculados con el hecho de que usted ha aprendido a tratar de controlar a las personas que lo rodean…
  4. Aprendemos esos hábitos en nuestra infancia de maestros, padres, abuelos, tíos, vecinos, amigos, entre otros…
  5. EJEMPLO: Limpia la habitación, sino, no hay televisión para ti esta noche (castigo) …
  6. Esas galletas que preparé serán para ti cuando todo esté limpio y ordenado (soborno)…
  7. Después de pasar años expuesto a esta forma de manipular, finalmente comienza a utilizarla también…
  8. Probablemente se limpiará la habitación, pero no quedará una buena relación…
  9. El problema práctico de tratar de controlar a otros es que, cada vez que usted culpe, soborne, se queje, critique, castigue o amenace a alguien…
  10. Encontrará resistencia, le responderán; Lucharán; de hecho la ignorarán, mentirán, harán las cosas a escondidas o acudirán a un millón de medios, para hacer que usted retroceda…
  11. Es simplemente la naturaleza humana. Estamos genéticamente programados para resistir cuando alguien nos trata de obligar a hacer algo que no queremos…
  12. Tal vez sea más pronunciado en una persona que en otra…
  13. Pero a menos que usted reconozca lo que está haciendo y aprenda a buscar lo que desea en una relación, sin tratar de controlar a los demás…
  14. Todas sus relaciones se convertirán en una lucha por el poder que harán sufrir a todos los involucrados…
  15. La mejor manera de eliminar los 7 hábitos mortales es reemplazarlos con los 7 hábitos de amor:
  16. 1. Apoyar 2. Estimular 3. Escuchar 4. Aceptar 5. Confiar 6. Respetar 7. Negociar las diferencias.
  17. Pareciera fácil, ya que lo único que uno necesita hacer es aceptar a la gente tal como es…
  18. Pero, al igual que muchas cosas valiosas en la vida, los hábitos del amor son más difíciles de poner en práctica de lo que uno podría imaginar…
  19. Especialmente si representan la personalidad que usted se ha formado. Algunos aspectos que pueden ayudar. Hágase un análisis realista:
  20. ¿Tiene usted los 7 hábitos mortales?
  21. ¿Cómo le habló esta mañana a la gente con quien vive?
  22. ¿Las estimuló a realizar lo que habían planeado para el DÍA?
  23. Escuche con atención: Trate a las personas como si ellos fueran sus mejores amigos…
  24. Escuche cada palabra, busque el tiempo para sentarse con las personas y realmente prestarle atención sin distraerse con teléfonos celulares o las exigencias de otras personas…
  25. Visualice su nuevo yo: Haga una imagen mental de usted como una persona que practica los 7 hábitos de amor…
  26. Consérvela en la mente y acuda a ella cuando esté hablando con sus seres queridos, para ver si está actuando como una persona que sabe dar amor…
  27. Haga la pregunta adecuada: En el instante en que surge la necesidad de culpar, quejarse, criticar, insistir, amenazar, castigar o sobornar…
  28. Antes de decir nada, deténgase y pregúntese ¿Es esto realmente importante?
  29. Acepte la realidad: Uno debe comprender que la única persona que puede cambiar es uno mismo…
  30. Cuando usted tiene una diferencia con una persona que es importante en su vida, negocie…
  31. Escoja un modelo: Cuáles son las personas a las que admira más, pregúntese que harían ellas antes de reaccionar con uno de los 7 hábitos mortales…
  32. Escriba sobre sus experiencias: Haga un diario, lo que le ayudará a atravesar la transición y ver sus progresos…
  33. Culpar – Aceptar Sobornar – Estimular Quejarse – Escuchar Criticar – Respetar Perseguir – Solucionar diferencias Castigar – Apoyar Amenazar – Confiar