Transpersonal Integral

La Visión Transpersonal
Integrando la Espiritualidad con la Psicología y otras Disciplinas Científicas

Por Stan Grof

A mediados de este siglo (se refiere al siglo pasado, S XX), la psicología norteamericana era dominada por dos escuelas principales – conductismo y psicología Freudiana. La creciente insatisfacción con estas dos orientaciones que no daban una explicación adecuada del psiquismo humano, condujo al desarrollo de la psicología humanista. El principal portavoz y el representante más importante de este nuevo campo psicológico fue el famoso psicólogo norteamericano Abraham Maslow. Ofreció una crítica incisiva acerca de las limitaciones del conductismo y del psicoanálisis, y formuló los principios de una nueva psicología. El interés primordial de la psicología humanística se centraba en los sujetos humanos, y honraba la conciencia y la introspección, junto con una aproximación objetiva a la investigación. Esto contrastaba agudamente con el énfasis exclusivo del conductismo en los experimentos y el comportamiento animal.

Mientras que el psicoanálisis freudiano sacaba conclusiones acerca del psiquismo basados en el estudio de la psicopatología y tendía a reducir los procesos psicológicos a los instintos básicos, la psicología humanista se focalizaba en la población sana, en el potencial y el crecimiento humanos, y en las funciones superiores del psiquismo. Enfatizaba también que la psicología tiene que ser sensible a las necesidades prácticas humanas y servir a los intereses y objetivos importantes de la sociedad humana.

Pocos años después que Abraham Maslow y Anthony Sutich lanzaran la Asociación de Psicología Humanista (AHP), este nuevo movimiento se hizo inusitadamente popular. Proveyó una base amplia que sirvió para el desarrollo de un rico espectro de abordajes terapéuticos efectivos, reemplazando las técnicas exclusivamente verbales de la psicoterapia tradicional con la expresión directa de las emociones y con el trabajo corporal.

A pesar de la popularidad de la psicología humanista, sus fundadores Maslow y Sutich se sintieron crecientemente insatisfechos con el marco teórico que ellos mismos habían creado originalmente. Gradualmente fueron tomando conciencia de que habían dejado afuera un elemento extremadamente importante: la dimensión espiritual del psiquismo humano. El renacimiento del interés en diferentes tradiciones místicas, en la meditación, en la sabiduría antigua y aborigen, en las filosofías orientales, así como la amplia experimentación psicodélica durante los tormentosos años 60; les hizo comprender claramente que una psicología comprensiva y válida para diferentes culturas, tiene que incluir observaciones de áreas tales como estados místicos; conciencia cósmica; experiencias psicodélicas; fenómenos de trance; creatividad; e inspiración religiosa, artística y científica.

En 1967, un pequeño grupo de trabajo, compuesto por Abraham Maslow, Tony Sutich, Stanislav Grof, James Fadiman, Miles Vich y Sonya Margulies se encontraron en Menlo Park, California con el propósito de crear una nueva psicología que honrara el espectro total de la experiencia humana, incluyendo variados estados de conciencia no-ordinarios. Durante estas discusiones, Maslow y Sutich aceptaron la sugerencia de Grof y nombraron a esta nueva disciplina: “psicología transpersonal”. Este término reemplazó el nombre originario de “psicología trans-humanística”. Poco tiempo después, fundaron la Asociación de Psicología Transpersonal (ATP) y comenzaron a editar el Periódico de Psicología Transpersonal.

La psicología transpersonal recién nacida, aunque por y en sí misma comprensiva y bien sustentada, representaba un alejamiento radical respecto del pensamiento académico vigente en los círculos profesionales que no podía reconciliarse ni con la psicología tradicional ni con la psiquiatría, o con el paradigma newtoniano-cartesiano de la ciencia occidental. Como resultante de esto, fue extremadamente vulnerable a acusaciones de ser “irracional”, o “no científico”; particularmente provenientes de científicos que desconocían el vasto cuerpo de observaciones y materiales en los que se basaba el nuevo movimiento.

Durante las dos primeras décadas de existencia de la psicología transpersonal la situación ha cambiado muy drásticamente. Como resultado de nuevos conceptos y descubrimientos revolucionarios en varias disciplinas científicas han sido seriamente cuestionados la filosofía científica occidental tradicional, sus principios básicos y su paradigma newtoniano – cartesiano. Entre estos desafíos se encuentran los descubrimientos e implicancias filosóficas de la física cuántica relativista como señala Fritjof Capra, Fred Alan Wolf, David Peat y muchos otros. La teoría del holomovimiento de David Bohm; el modelo holográfico del cerebro de Karl Pribram; la brillante síntesis sobre cibernética, teoría de la información y sistemas, lógica, psicología y otras disciplinas de Gregory Bateson; el trabajo sobre los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake; los estudios sobre las estructuras disipativas y el orden de fluctuación de Prigogine; el principio antrópico en la astrofísica, y muchos otros.

Ha sido muy emocionante ser testigo de todos estos nuevos desarrollos que aunque irreconciliables con el pensamiento newtoniano – cartesiano del siglo XVII y con la filosofía material monística de la ciencia occidental son compatibles con la psicología transpersonal. Hoy en día es fácil de imaginar que la psicología transpersonal se convertirá, en un futuro cercano, en parte integral de una nueva visión comprensiva del mundo que integre la espiritualidad y la ciencia.

Este emocionante desarrollo encontró su expresión en la fundación de una organización internacional que trasciende en su alcance los límites de la psicología e incluye una variedad de otras disciplinas científicas. La Asociación de Psicología Transpersonal (ATP) ha llevado a cabo conferencias regularmente en California desde su concepción a finales de 1960. A medida que va creciendo el interés en este movimiento y se va extendiendo más allá del área de la Bahía de San Francisco y fuera de Estados Unidos, se han ido organizando reuniones internacionales transpersonales en diferentes partes del mundo. Las primeras dos se realizaron en Bifrost, Islandia; la tercera en Inari, Finlandia; y la cuarta, en Belo Horizonte, Brasil.

Para cuando se organizó el encuentro en Brasil, en el verano de 1974, estas conferencias internacionales eran tan populares y asistían tantas personas, que en la última sesión plenaria los participantes decidieron crear una institución que las organizaría: la Asociación Transpersonal Internacional (ITA). La ITA fue inaugurada por Stan Grof quien se convirtió en su primer presidente fundador, y por Michael Murphy y Richard Price, los co-fundadores del famoso Instituto Esalen en Big Sur, California, primer centro del potencial humano.

La ITA era explícitamente internacional e interdisciplinaria comparada con la Asociación de Psicología Transpersonal. Como mencioné anteriormente, en el momento de su fundación, la perspectiva transpersonal había surgido en muchas ramas de la ciencia y de otras áreas del comportamiento humano. Los programas de las conferencias de la ITA incluían no sólo psicólogos, psiquiatras y psicoterapeutas sino también físicos, astrónomos, astronautas, biólogos, médicos, antropólogos, mitólogos, filósofos, matemáticos, artistas, maestros espirituales, educadores, políticos, economistas, y muchos otros. En años siguientes, la ITA ha llevado a cabo sus conferencias en Boston, Melbourne, Bombay, Davos, Kyoto, Santa Rosa, CA, Eugene, OR, Praga, Killarney, Santa Clara, CA. Manaos, Palm Springs.

Tomado de The Association for Holotropic Breathwork International